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viernes, 5 de octubre de 2012

Obsesiones verbeneras

Es bien sabido que los borrachos nunca mienten, pero se habla poco de las obsesiones que afloran cuando nos achispamos. Tras mucho verbeneo hemos descubierto que cada uno tiene las suyas, y que algunos ni siquiera las tienen identificadas. 

A la Chica Ye Ye le robaron hace unos años el bolso mientras bailoteaba feliz e inocentemente en la Imprenta. Desde entonces, llegado un momento de la noche, no deja de preguntar dónde ha dejado sus cosas y de comprobar compulsivamente que siguen ahí. Algo parecido le pasó a Salomé la de Chayanne, que tras un par de hurtos ha tenido que hacerse fuerte en la noche y no perder ni un minuto ni su cartera ni su móvil de vista, no siendo que aparezca algún listo que se lo quiera adueñar. También tiene alguna obsesión relacionada con un reno, pero eso es otra historia ;) 

Macarena suele empezar flojita aunque luego no tenga que conducir. Su obsesión es el coche, hasta tal punto que, cuando no lo tiene, se le olvida, y por momentos rechaza chupitos con la excusa de “es que tengo que conducir”. Algunas noches hay que recordarle que puede acabar como las Grecas si quiere. 

María la de Ricky, como buena ex fumadora, cuando se bebe dos cervezas quiere fumar. Lo que sea, da igual, no distingue. Sólo quiere volver al vicio. Ni siquiera el intento de robo de su móvil le ha hecho cambiar sus obsesiones y unirse a las de la Ye Ye y Salomé. 

Nuestra gran amiga vasca no sólo se obsesiona con fumar, se obsesiona con sacar dinero. Tanto es así que mientras las demás al día siguiente miramos con pena las telarañas de nuestro monedero, ella se encuentra con cientos de euros, ya que, preocupada por ganarse el apelativo de “paupe” (o quedarse sin beber, la pobre), visita todos los cajeros de la ciudad, recopilando billetes cual Tío Gilito. 

Entre nuestras filas de verbeneros encontramos a quien cuando se emborracha se pone celoso de cosas sin sentido, a quien le tira los trastos a todo lo que se le ponga delante y tenga boca, quien canta canciones de Disney como si no hubiera un mañana, quien no puede irse a casa con menos de 5 victorias al futbolín, quien habla de bodas, quien manda mensajes que no se atreve a mandar sobrio o quien a determinada hora de la noche sólo puede pensar en bocadillo o chocolate con churros (¡aunque no sea Nochevieja! Os parecerá una tontería, pero eso, para algunas personas, es muy raro…). 

Estamos deseando seguir documentándonos, así que… ¡esta noche volvemos al estudio de campo! Aceptamos, por supuesto, que compartáis vuestras experiencias verbeneras – obsesivas ;)

2 comentarios:

  1. Y que no se nos olvide que hay gente que se empeña en invitar a todo el bar a lo que sea, y otra que ha bebido de todo pero no ha sacado un duro de la cartera... Sumado a los que hacen de cualquier cerveza la propia.

    Y, sin duda, entrañables los que pasan a contarte historias apasionantes sobre temas de sobra interesantes como: cómo colarse en cualquier sitio en el que quieras estar... o no. O esos que tras la segunda cerveza, de hecho, te pueden contar cualquier cosa sin diferenciar ni leer tus expresiones faciales que indican que preferirías pasar tu borrachera de cualquier otra manera.

    Los que más cortan el rollo: a los que les da por llorar por cualquier causa personal o ajena. Y los que la animan definitivamente: aquellos a los que jamás habías visto bailar, y luego no dudan en marcarse unos pasos discotequeros o salseros (y de esto, nuestro King África sabe un montón :P )

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  2. Y lo de mear también es un tema, porque hay noches que por mucho que visites el baño siempre tienes la sensación de tener que volver, y esto suele pasar en lugares donde no está precisamente accesible...

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No olvides que...


Todo esto es tan teenager..


Siempre con el corazón contento