Hola, soy uno de los Vecarios de Verbena en Vena (con un V
de Verbena, claro), me he hecho de rogar, lo sé, pero es que vivo sin vivir en
mí, sufro acoso y me señalan con el dedo, no puedo soportarlo más, tengo que
decirlo, uf, valor, venga ahí va, con convicción y orgullo:
SOY MÁS DE FIESTAS QUE DE COSAS
Uf, joder que bien. Qué alivio.
Querido lector y verbenero de pro (o querida lectora y verbenera
de pro), seguro que te preguntas ¿qué mierdas es esto?, bien, este humilde verbenero
lleva sufriendo el acoso de mis jefas –sosquiere, por cierto- me han hecho
mobbing, y no hablo de la canción del brasas de Macaco, me espetan todo el rato
que soy más de fiestas que de cosas, y se sienten mejores que yo porque dicen que aman
las cosas con la misma intensidad que la fiesta.
Yo, que soy muy leído pienso que están terrible y erróneamente
equivocadas difiero de ellas, solo hay dos clases de personas, las que son de
fiestas o las que son de cosas, no hay más, no hay medios.
Olvidad rutilantes
teorías sociológicas, antropológicas o psicológicas, en
el mundo existen dos clases de personas, y ya está, os acabo de ahorrar
millones de idas de olla y clases infumables del catedrático
pasado de vueltas.
Tú, aguerrido lector, ávido de conocimientos (verbeneros),
te preguntarás que de qué coño estoy hablando, si, como buen seguidor de este blog, me dices: ¡pero si a mí la fiesta me gusta
más que mojar el pan en salsa!, ¡pero si tengo más ganas de salir que Ortega
Cano!, eso es bien, pero no recoge el espíritu de la división.
Primero hagamos unas pequeñas aclaraciones, nos gusta salir,
correcto, ¿a qué ser asocial, rancio y muermo, no?, acaso eres de quedarte un
sábado por la noche en casa, en pijama, regocijándote viendo la melenaza que se
gasta Pablo Iglesias en La Sexta Noche, si lo haces, además de no ser de
fiestas ni de nada, eres un rancio (y un poco gnor).
Si a veces buscas excusas, ojo ahí, no para escaquearse del
tajo, no, sino para preferir el pijama a una verbena, no sois de fiestas ni
sois ná.
Bien, fuera estos especímenes no-humanos de la ecuación, ya
podemos seguir con la tesis del artículo.
Si alguna vez se te ha pasado por la cabeza, aunque sea
fugazmente, esto,
amigo/a, eres más de cosas.
El que es más de fiestas que de cosas busca excusas para
salir de fiesta más pueriles que un helado de callos. Vale todo, desde festejar una caída del rey, hasta ir a ver un partido de júrgol, aunque te
la sople, lo tuyo es salir de farra, y si quieres que ganen los analfabetos funcionales que ves por la tele porque asegura más fiesta, es señal inequívoca
de que eres más de fiestas.
Las cenas, comidas, tapas, quedadas en piscinas, tardes de
juegos frikis, pelis en casa, los maratones de community, las cremas de orujo
en cafeterías de viejas, los cumpleaños, picnics, la partida de tute, los campeonatos
a la mierda esa del pro, los cafeses en terrazas, los un vamos a tomar algo, los
a ver qué ambiente hay, los a dar una vuelta y demás etc., son cosas, pero para
un másdefiestas todo eso tiene un único fin: ir luego de fiesta.
Entendedme, no están mal, pero así, hacerlas porque sí, pues
queda soso, queda cojo, si habéis pensado alguna vez lo que mejorarían esas
cosas si se metiera un poco de cerveza o unos chupitos espirituales o unos temazos o las tres cosas,
sois más de fiestas. No me negará nadie que si se sabe de antes que las cosas son
preliminares de fiesta, se va con mejor humor, con más ganas y más predisposición. ¡Oh!, y ese genial momento en que la cosa, sin ninguna pretensión más, evoluciona
en una señora fiesta, de esas que sales a tomar un café a las tres de la tarde
y vuelves a casa a las siete, pero de la mañana, canela en rama, oiga.
Los que sois más de fiestas ya me entendéis, los que sois
más de cosas estaréis poniendo cara rara o llamándome borracho o
algo peor. Un másdefiestas ama la noche* como un antidisturbio ama la coca la
porra, el día** es solo la antesala de la noche, ese periodo de tiempo que hay
que llenar antes de que abran los bares guais, esos con serrín en el suelo y
música alta y que sospechosamente huelen igual que el señor amante de los sol y
sombra que ves por las mañanas mientras tomas el café.
Solo dos actividades ajenas a la fiesta son aceptadas por el
másdefiestas, están en el filo de las cosas y de las fiestas, y todo es
cuestión de actitud. Dos y solo dos, el vermú y los festivales:
Un másdecosas se va de vermú para tomar algo con los amigos,
un másdefiestas anhela el vermú como forma de pasar la mañana de resaca o como
forma de salir de fiesta si ha trabajado el domingo. Un másdecosas va a un
festival a ver a conciertos, un másdefiestas, pese a que se propone ver muchos,
acaba perdiéndose la mitad porque tiene que volver a la tienda a rellenar el
kalimotxo.
Como ya he dicho, uno o es más de fiestas que de cosas o es
más de cosas que de fiestas, y no hay término medio, pese que aquí la jefas,
defienden que ellas son igual de cosas que de fiestas (sosquiere, ¿lo he dicho
ya?), viven engañadas (he dicho que sosquiere, ¿no?), ellas son más de fiestas,
no quieren reconocer que la fiesta les gusta más que Noni el de los Lori Meyers,
las cosas les molan, pero no pueden negar que buscan hacer cosas que desembocan
en fiestas, más que wifi gratis cuando se acaban los datos.
Dejad miedos a un lado y mojaros igual que se moja el culo
el que quiere peces. Gritad a los cuatro vientos de qué sois.
¿¿¿¿¿De qué sois?????.
*Para los másdecosas: Noche - f. Espacio de tiempo en que el
Sol no está sobre el horizonte, y por lo tanto no alumbra. No es el espacio de
tiempo en que los/las casquivanos/as, violadores y asesinos tienen permiso
legal para salir de casa.
**Para los másdefiestas - Día: m. Tiempo en que el Sol
está sobre el horizonte. No el periodo de la rave en que se necesitan gafas de
sol.