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viernes, 13 de junio de 2014

Contempopranea, Badahó experience

Un, dos, tres… 

Y pusimos rumbo al sur, porque para nosotras ya es tradición visitar tierras extremeñas para echarnos unos bailables y cantar hasta quedarnos afónicas. La novedad es que este año a nuestro querido Contempopranea de Alburquerque “le ha salido un hermano pequeño”*: la primera edición del festival en Badajoz. 
Es muy bonito reencontrarse con un terreno –seco- conocido año tras año, rememorar lo que buenamente se puede del año anterior y continuar con los hábitos ya establecidos como colarse en la piscina o cenar en torno a un litro de calimotxo, pero a veces conviene salir de la zona de confort y explorar nuevos mundos, porque también es hermoso enfrentarse a lo nuevo y pagar las novatadas propias y de la organización.



El camino 
El camino es prácticamente el mismo que nos lleva al infierno agradable, por lo que estaba exclusivamente en nuestras manos fabricar nuevos recuerdos y darle emoción al asunto. Entendamos emoción por elegir un nuevo paraje en el que parar a comer a 10 km de Salamanca que sea un poquito más bizarro que el del año anterior, comprar regalices a precio de oro mientras nos quedamos picuetas con el acento del sur que siempre nos pilla desprevenidas y cantarnos unos temas a voz en grito, que no es novedoso pero siempre gusta. 

La zona de acampada 
Poner la dirección de aquello en el gps y escribir “lugar donde Cristo dio las 3 voces” te lleva al mismo lugar. De hecho cuando nuestra querídisma Pepi nos anunció “ha llegado a su destino” y nos vimos en medio de un aparcamiento donde acaba Badajoz, Extremadura e incluso el mundo, ¡por qué no!, nos creó cierta desconfianza. Llamadnos locas. Decidimos hacer una primera inspección del terreno, todavía con ilusión y esperanza, pero tras dar una buena vuelta de rigor nos encontramos con… 

El camping 
Grande no era, no nos vamos a engañar. El terreno no era ninguna maravilla. Y tampoco es que estuviera muy concurrido. Además, como nosotras no somos de madrugar cuando llegamos todos los sitios de formar corrito estaban ocupados por lo que nos vimos obligadas a plantar nuestra humilde 3'' en tol medio, con la esperanza de que después de nosotras llegara más gente y hacer un poquito de vecindad (lo primero sucedió, lo segundo no tanto). Por otra parte, y voy a decir esto porque sé que es una afirmación que tiene sus fans, aquello era una acampada de pitos, que de primeras nos sorprendió un poquito. Dejémoslo ahí. Lo bueno de esto, aparte del subidón de ego al que no hacemos ascos, es que los baños de mujeres (un lujo, por cierto, con duchas individuales, papel higiénico y secador, ¡secador!) no estaban nada concurridos y nos ahorramos las típicas colas ante el espejo para pintarse el ojo. 
Y añadiré que así como en algunos aspectos a la organización se le notaba que era su primera vez, en otras estuvo muy acertada, como por ejemplo en incluir la legión de plastas mañaneros drogados por encima de sus posibilidades que tanto gustan, esta vez con acento gallego y muy poca gracia a la hora de hacer chistes. 

La zona de conciertos 
En el Conte hilan muy fino con estas cosas, así que perdonadme por la expresión manida al referirme a este lugar como “un marco incomparable”. Escenarios dispuestos uno enfrente del otro para que la fiesta no decayera entre conciertos ni medio segundo, barras más cerca (aunque con los mismos precios impopulares de siempre), gran zona de césped para refugiarse durante los conciertos de la bajona (y no miro a nadie) y suelo de tierra para montar la tormenta de arena que tanto nos pone a tono. 

Los conciertos 
Nuestra apuesta ganadora (Sidonie-Love of Lesbian-Fuel Fandango) no decepcionó en absoluto, aunque bien es verdad que seguramente el concierto de hace dos años de Sidonie fue algo más de subidote (pero comparar es una cosa muy fea) y el concierto de Fuel Fandango también nos pareció cortito (pero esto también es una comparación con el del Ebro, e insisto que está muy feo). Pero sin duda lo más destacable es el aplauso que se merece el que decidió que poner al cortavenas de Iván Ferreiro a las 3 de la mañana después del conciertaco de Sidonie y las sesiones de los djs del subi subi. 

La vida de día 
El tiempo invernal y la ubicación del camping en el más absoluto destierro invitaban a pintarse el ojo y darse a la jarana modo 24 hours party people, o lo que es lo mismo, enganchar el zumito del desayuno con la comida, el café, las cremitas, las cervezas y los conciertos. Quién dijo miedo. Pudimos comprobar que en Badajoz se estila nuestra dieta basada en queso y tomate, que puedes meterte en un bar a las 7 de la tarde y que parezca que son las 5 de la mañana, que hay que dejarse invitar a chupitos porque MOLA SER TÍA y que los lugareños son gente susceptible, pero muy de entrar. Y hasta ahí puedo leer. 

Así es María. 


 *Esta frase procede de una cuña de Radio 3 que he escuchado durante todas las mañanas del mes de mayo. Sirva esta pequeña aclaración para citar a la fuente y no incurrir en el temido plagio y léase entre líneas soyunamoderna-soy-una-mo-der-na.

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