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jueves, 14 de noviembre de 2013

Intro Music Yeah!

Se te nota en la mirada...

Pocas razones nos han llevado a lo largo del tiempo a visitar VillaSatán. Vale, es verdad que muchas raves han empezado allí y que incluso algunos hemos vivido grandes noches que pasarán a los recuerdos de una época universitaria que a veces nos empeñamos en no abandonar. Sea como fuere, VillaSatán (o Valladolor, como usted prefiera) dio un llamacuelga a nuestro duodeno allá por agosto con un sugerente cartel y un nombre que ni fu ni fa. El Intro era la cita obligada con la que asumiríamos que Winter is aquí y ahora. La manera de revivir lo vivido este verano, aunque con más ropa.

Te toco Turnedo en la primera cita.
Y la canción también.
El lema de los verbeneros alfa ha sido desde siempre el “cero errores – precisión de cirujano” por razones que no explicaremos aquí pero que molan un puñao. Con esta premisa llegaron el Niño de los Recaos y su amigo a la cola del festival, no sin antes hacer parada y fonda en uno de los restaurantes típicos de la ciudad. Donde sirven la BigMac, para más señas. Una vez en la Feria de Muestras, vieron que la cola para conseguir las preciadas (y mierder de papelucho) pulseras era larga como para tardar cinco minutos en llegar al final. No obstante, con el fresquer en el cuerpo y veinte minutos después entramos en el recinto, que para dos chicos de ciudad pequeña era enooooooorme. Y aquí viene un momento muy risas. Decidimos sacar ficha para tomar unos catxis de cerveza mientras esperábamos la gloriosa venida de nuestro salvador Ivan Ferreiro. La cola era larga y los músicos se iban colocando en el escenario, por lo que el tiempo apremiaba. A mitad de cola, con todas las ganas de verbena comenzó a sonar el mítico Turnedo, tema que nos carga la dinamo de toda la vida y que siempre cantamos creyéndonos el Orfeón Donostiarra. En esas que, ante la decisión de ir a petarlo al mogollón o pedir cerveza, decidimos beber porque Ferreiro está bien pero nosotros somos más de darle al pimple y esto es así. Así que nos tienes a dos mameras haciendo cola junto a más gentedelmismopalo cantando a grito pelao mientras hacen cola. Una estampa.

Registradoooorrr de los años ochentaaa
Con los catxis en mano nos acercamos –ahora sí- al mogollón. Ferreiro lo petaba (leyó la crónica del Arenal claramente) y no abusaba de temazos cortaveniles o abusaba lo justo (tiene muchos, joder). Con traje de registrador de la propiedad iba desgranando los temacos de su nuevo disco mezclando con los míticos años 80, El equilibrio es imposible, y muchos más que nos pusieron un poco tiernos. Se nos pasó rápido. Tras él vinieron los Supersubmarina (o los megahiperacuática, que siempre nos gustó cambiar los nombres) y un petarlo sin parar de los que molan, sin dejar de saltar y gritando mucho.

Antes de esto habían tocado los Cyan, que dejamos para otra ocasión por cuestión de horario y a los que mandamos un saludomuyfuerteyafectuoso desde aquí. Que luego también estuvo EmeDj, pero con lo visto en el Arenal íbamos sobrados.

Foto imprescindible
Dentro del lema cero errores reconoceremos que cometimos uno (contable): querer reservar alcoba para el sábado esa misma semana. TODOS los hostales, pensiones, chamizos, garitos, tugurios, cuadras y posadas de Valladolid estaban completas, por lo que volvimos a la tierra que nos vio nacer y nos dio de beber en coche, en un nuevo concepto de vas-de-festival-pero-duermes-en-tu-casa-ojito-ahí-con-eso. Ni tan mal.

La mañana del sábado amanecía tranquila y las ganas de verbena llamaban al desenfreno desde el minuto uno. Era sábado y teníamos más ganas de darlo todo que la seleçao brasileira.

Mirando a la Sierra a eso de las cinco de la tarde, el Niño y su amigo se conjuraron: no cabía lugar a error de ningún tipo. Operación a corazón abierto. Bisturí? BISTURI! Tijeras? TIJERAS! Gasas? DE NADA.

Parada técnica en Eroski para hacernos con alpiste y a correr. Valladolid nos esperaba con la noche cubriéndolo todo y las ganas de petarlo a flor de piel. El plan parecía claro, de manual incluso: beber lo comprado y entrar al festival con todo el on fire arriba. Pero claro, los cuerpos de seguridad (a los que desde Verbena en Vena mandamos otro saludomuyafectuoso) impedían eso del beber en la calle. Visto el frío, reinventamos el concepto y nos metimos al coche con bien de temazos y bien de alpiste. No hace falta decir que al Niño y a su amigo al cabo de una hora se les fue de las manos, bajando las ventanillas, cantándolo todo e increpando al que pasaba y no raveaba. Somos así.

Jelou evribadi
Una vez terminado, salimos del vehículo estacionado y nos dirigimos al Festival con una idea clara: pedir una copa en vaso grande (que nos pareció poco lo anterior). Una vez hecho esto nos vinimos arribísima con los amigos de Izal (que ha sido su año, dicen, y nosotros nos lo creemos). Demostrado ha quedado a lo largo de toda la trayectoria de VeV que no es inconveniente no saberse ninguna canción de un grupo, porque así se verbenea más fuerte.

Barbotas sintiéndose sexy y haciéndoselo sentir a la peña
Sin parar de botar y con lo ingerido dentro del cuerpo, los dos coleguis estaban en un estado de bomba festiva incomparable. Llegaron Corizonas y sus temas para bailarlo como si lo fueran a prohibir mañana y ale. A darlo todo. El barbotas tan querido por las verbeneras comenzó a soltar sus ya conocidas frases y claro, el descojono de los amigos fue notable. “Sentíos sexys, os estáis sintiendo sexys?” decía el líder de la banda y claro, nosotros por el suelo. Pero sintiéndonos muy sexys, cuidao.

A partir de este estado, de notable euforia, cabe recordar ese momento ÉPICO de Los Simpsons en el que Homer intenta relatar lo que pasó la noche anterior y le falla la memoria.

Vinieron nuestros queridísimos Love of Lesbian y ya la rave fue extrema. Cantando y todo. A darle. Más. Ponme otra. Cierto es que echamos en falta Incendios de Nieve, que es muy de cantarla abrazaíco al compañero de festival que te hayas echado en ese momento. Pero moló como lo han molado fuerte en todos los conciertos que nos hemos merendado este verano intenso.
Escenario cremitas

Lo demás es ver un poquito de Los Castizos (lo justo) y salir por Pucelandia, que a consecuencia del festival tenía un ambiente notable. Que bello es vivir y que rápido llega el invierno, copón.

Dormimos en el coche de la rave, que igual pa un roto que pa un descosido. Olé él.



Te ha acompañado la suerte...
 

No olvides que...


Todo esto es tan teenager..


Siempre con el corazón contento