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viernes, 14 de diciembre de 2012

Y en el reloj de antaño...

Un, dos, tres… … 

y nos hicimos mayores. Y es que sí, ayer se celebró la Nochevieja Universitaria en Salamanca y no hubo ni una mínima representación verbenera cubriendo tal acto. Como ya sabéis, a pesar de que todo esto es tan teenager, las verbeneras ya tenemos titantos y eso en cosas como ésta se nota. En primer lugar porque ya no queremos ir. Ya lo hemos visto todo. Nos agobian las multitudes, los niñatos y la asociación de hosteleros avariciosos. Somos unas antisistema, en el fondo. Pero también se nota porque no conocemos a nadie que haya ido este año - ni que quisiera hacerlo-, a no ser que hablemos de los pobres que detrás de la barra tuvieran que aguantar la peor noche del año y luego limpiar potas de colores. Y sobre todo, se nota porque en el Facebook – patio de vecinas los comentarios al respecto no eran ya en plan “bua, lo vamos a petar” o "esta noche... ¡Grecas!", si no: “esto ya no es lo que era”, “quiero emigrar” o “¿quién se apunta a un anisete y una partida a la brisca?”. 


 


Permitidme un pequeño momento abuelo cebolleta, amigos. Cuando se celebró suuuuuper espontáneamente la primera Nochevieja Universitaria las verbeneras aún vivíamos al margen de este mundillo. Era nuestro último año de instituto y lo de salir los jueves era una opción no contemplada ni conocida (si acaso sabíamos que los jueves eran días de verbenear por Salomé la de Chayanne, que nos lleva años de ventaja y que creo que sí que estuvo allí cubriendo tal hito). Pero la segunda… la segunda ya nos pilló en guardia. Hoy en día parece impensable que sin herramientas como Facebook, Twitter o el Whatsapp alguien pudiera darse cita en un lugar concreto para hacer algo concreto. Supongo que teníamos el Messenger y el boca a boca, algo que hoy es casi vintage

El boca a boca o el cotilleo de toda la vida

Yo recuerdo que era algo que estaba en el ambiente, que se hablaba en la facultad, que se sabía por ciencia infusa. “Dicen que esta noche a las 12 en la plaza se toman las uvas”, comentó algún espabilado. Y allá que fuimos, como no podía ser de otra manera. 
Nos plantamos allí a eso de las 12 y...habría como 100 personas, a lo que exclamamos "¡Qué de people sabía de esto!". Algunos llevaban racimos de uvas, otros gominolillas, la Chica Ye Ye creo que tenía una bolsa de conguitos. Las campanadas apenas se oían y cuando intuimos que habían sonado 12 todos nos abrazamos y nos deseamos feliz año nuevo. Y quedó en algo divertido. El segundo año la voz ya se había corrido y había policía a la entrada requisando sangrías. Y desde entonces hasta hoy…. No sabemos qué ha pasado. Bueno, sabemos que lo espontáneo se convirtió en organizado, que todo se orientó al beneficio de algunos y que se convirtió en un referente del verbeneo estatal. 
Esta mañana he leído un comentario de un verbenero viejuno como nosotras que decía: “¡Qué de gente!¡Qué agobio! Pero…¡qué nostalgia!”. Y es que sí. Qué nostalgia que esto ya no sea lo que fue, qué nostalgia que ya no tengamos 20 años y esto no nos llame la atención, qué nostalgia que en lugar de tener pensado el modelito desde hace semanas nos buscáramos un plan tranquilo y alternativo para este jueves. 

A pesar de todo, y porque se lo debo a mi espíritu verbenero, yo me puse ropa interior roja aunque fuera para una cerveza tranquila en el hogar y hoy no tengo más remedio que desearos feliz año nuevo universitario. Brindad con lo que queráis, kalimotxo, agüita o un jerez. ¡Salud! 

Verbeneo forever

Así es María
 

No olvides que...


Todo esto es tan teenager..


Siempre con el corazón contento