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domingo, 12 de agosto de 2012

El mundo está en pie, go, go, go

Un, dos, tres…

Y se nos vino el sábado encima. A pesar de que había planes de verbenear junto a una piscina al final optamos por el plan urbano y hacer nuestra ruta habitual, con alguna variante, que siempre gusta innovar manteniendo las apuestas fijas.

Maca se quedó en casa dándole un respiro a su cuerpo; la Ye Ye y yo nos pusimos nuestras faldas de rumbear y nos lanzamos a la calle acompañadas de la Carrá y compañía. Primera parada en el barrio: terraza, cerveza, picoteo variado, simpatía e invitación a chupito rico. Conquistadas desde ya nos tiene este nuevo descubrimiento.

Después del calentamiento, saltamos al terreno de juego, que no terminamos de dominar, todo hay que decirlo. Y es que nosotras tendremos otras virtudes, pero jugar bien al futbolín no es una de ellas. Mira que recorrimos unos cuantos ayer (parece que se han puesto de moda, como las peonzas periódicamente en el patio del colegio… o es que antes no me fijaba y vivía feliz en mi ignorancia…) y yo desde luego me fui sabiendo exactamente lo mismo...Bueno no, ahora sé que tengo que trabajar mi "juego de muñeca" (y no tiene nada que ver con Barbie Girl, que yo sepa).

Así que conmigo retirada (si es que yo no he tenido pueblo, ¡no sé jugar!), la Carrá se convirtió en la jefa del lugar, ¡y eso que decía que no se le daba bien!. Pero no quedó ahí la cosa, porque incluso la Ye Ye, con sus estrategias de distracción basadas en grititos de guerra y sus goles desde la defensa se fue haciendo grande en el juego.

En fin, no podemos negar que somos de la escuela de “lo importante es participar”. Lo de ganar, mientras lo pasemos bien, es secundario.

Lo mejor: la compañía, casi inmejorable ;)

Lo peor: el último bar. Jamás había entrado y jamás volveré

Así es María

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Todo esto es tan teenager..


Siempre con el corazón contento